I. Los hijos son un regalo de Dios Salmos 139:13-14 Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras. Génesis 33:5 Y alzó sus ojos, y vio a las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son estos? Y él respondió: Son los hijos que Dios ha dado a tu siervo. Dios es el creador de la vida, y cada hijo es un reflejo de su maravillosa obra. No son un accidente ni un mero resultado biológico, sino un don divino con un propósito eterno.
II. La responsabilidad de criar a los hijos en el temor de Dios Proverbios 22:6 Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Deuteronomio 6:6-7 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Dios nos confía a los hijos para que los formemos en su verdad. No basta con proveerles sustento material; debemos guiarlos espiritualmente, enseñándoles la Palabra y modelando una vida de fe.
Conclusión
Los hijos son un regalo de Dios, una responsabilidad sagrada y una fuente de bendición. Como padres, abuelos o mentores, debemos ver la crianza como una oportunidad para formar vidas que reflejen la gloria de Dios. Que el Señor nos dé sabiduría para instruirlos en su camino y disfrutar de la herencia que Él nos ha dado.