I. Dios es la fuente de todo lo bueno
1. Todo lo bueno proviene de Él – Dios es el origen de cada bendición en nuestra vida.
Salmo 84:11 Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová; no quitará el bien a los que andan en integridad.
Mateo 7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
2. Dios da dones perfectos Sus bendiciones no tienen defectos ni engaños.
Efesios 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Filipenses 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
II. Dios es inmutable en su bondad
1. Dios no cambia con el tiempo Su amor y fidelidad son eternos.
Malaquías 3:6 Porque yo Jehová no cambió; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Hebreos 13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
2. No hay sombra de variación en Él No es como el hombre, que cambia de parecer o es inconstante.
Números 23:19 Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Isaías 40:8 La hierba se seca, la flor se marchita; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
III. Nuestra respuesta a la bondad de Dios
1. Debemos confiar en Su provisión Si Dios nos da todo lo bueno, debemos depender de Él.
Mateo 6:31-33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Proverbios 3:5-6 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
2. Debemos ser agradecidos y compartir Su bondad Lo que recibimos de Dios debe reflejarse en nuestra vida.
1 Tesalonicenses 5:18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
2 Corintios 9:8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia.
Conclusión
Santiago 1:17 nos recuerda que todo lo bueno viene de Dios, quien es inmutable en su amor y provisión. En un mundo cambiante, podemos confiar en su fidelidad y responder con gratitud, confianza y generosidad.