Jesús nos presenta una declaración poderosa que cambia nuestro destino eterno. Su mensaje no es solo información, sino transformación. En este pasaje, vemos la certeza de la salvación para aquellos que creen en Él.
1. La Condición: Oír y Creer "El que oye mi palabra y cree al que me envió..."
La salvación comienza con escuchar la voz de Cristo Romanos 10:17.
No basta solo con oír, sino que debemos creer en Dios y en su obra redentora a través de Jesús Hechos 16:31.
La fe no es solo un sentimiento, sino una confianza activa en Dios Hebreos 11:6.
2. La Promesa: Vida Eterna "…tiene vida eterna y no vendrá a condenación…"
La vida eterna no es solo una promesa futura, sino una posesión presente para el creyente 1 Juan 5:11-12.
En Cristo, no hay condenación para quienes han sido justificados por la fe Romanos 8:1.
La seguridad de la salvación es una verdad inmutable basada en la fidelidad de Dios Juan 10:28.
Sin Cristo, todos estamos espiritualmente muertos en nuestros pecados Efesios 2:1.
Solo en Jesús encontramos el poder para ser vivificados y recibir una nueva vida Colosenses 2:13.
La salvación no es una reforma moral, sino una transformación radical: de la muerte a la vida 2 Corintios 5:17.
Conclusión
Jesús nos ofrece un cambio total de destino: de muerte a vida, de condenación a salvación. La clave está en escuchar su palabra y creer en Dios. No es una esperanza incierta, sino una realidad segura. Hoy es el día de recibir esta promesa con fe y vivir con la seguridad de que en Cristo tenemos vida eterna.