Introducción
En la oración modelo, Jesús nos enseña a pedirle al Padre por nuestra provisión diaria. Esta petición no solo implica el sustento físico, sino también el espiritual y emocional. Dios es nuestro proveedor, y Él nos llama a depender de Él cada día.
I. Dios es nuestro Proveedor
Filipenses 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."
Dios se compromete a suplir nuestras necesidades.
Su provisión es suficiente y abundante.
No se basa en nuestras fuerzas, sino en Su gracia.
Salmo 37:25 Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.
Dios nunca abandona a Sus hijos.
La fidelidad de Dios se extiende de generación en generación.
II. La Dependencia Diaria de Dios
Éxodo 16:4 He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley o no.
Dios dio maná a Israel diariamente para enseñarles a confiar en Él.
Nos llama a depender de Su provisión cada día.
Mateo 6:34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
Jesús nos anima a confiar en Dios en el presente.
La ansiedad por el futuro nos roba la paz de hoy.
Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Jesús es nuestro verdadero sustento.
Más allá del pan material, necesitamos el alimento espiritual.
Deuteronomio 8:3 No solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
La Palabra de Dios es nuestro alimento diario.
No solo necesitamos provisión material, sino la dirección de Dios.
Conclusión
Pedirle a Dios "el pan de cada día" es un acto de humildad y confianza en Su provisión. Él suple nuestras necesidades físicas, nos enseña a depender de Él diariamente y nos da el verdadero pan: Su Palabra y Su Hijo Jesús.