Génesis 5:24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
Génesis 5 presenta la genealogía desde Adán hasta Noé, mostrando el impacto del pecado en la humanidad con la repetitiva frase “y murió.” Sin embargo, en medio de esta lista, Enoc destaca porque no experimentó la muerte, sino que fue llevado por Dios. Su vida nos enseña la importancia de vivir en comunión con Dios.
I. La Realidad de la Mortalidad Humana
Génesis 5:5, 8, 11, etc. La repetición de “y murió” enfatiza las consecuencias del pecado Romanos 6:23.
Hebreos 9:27 Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.
Salmo 90:10 Nuestra vida es breve y pasajera.
La muerte es una realidad para todos. ¿Cómo estamos aprovechando el tiempo que Dios nos ha dado?
II. Enoc: Un Hombre que Caminó con Dios
Génesis 5:24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
Hebreos 11:5 Enoc fue trasladado por su fe y testimonio de agradar a Dios.
Amós 3:3 ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”
Caminar con Dios implica obediencia, comunión y fe. No es solo conocer de Dios, sino vivir en relación con Él.
Juan 11:25 Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
1 Tesalonicenses 4:16-17 Así como Enoc fue llevado por Dios, los creyentes tienen la esperanza de ser llevados con Cristo en su venida.
Apocalipsis 21:4 Dios promete un futuro sin muerte ni dolor para los que le siguen.
Caminar con Dios no solo transforma nuestra vida presente, sino que nos asegura la vida eterna con Él.
Conclusión
Enoc nos enseña que en medio de un mundo marcado por la muerte, es posible caminar con Dios y experimentar su presencia de manera especial. Su vida es un llamado a vivir en comunión con el Señor cada día, con la esperanza de que, así como Dios lo llevó a su presencia, también nosotros estaremos con Él para siempre. ¿Estamos caminando con Dios diariamente o simplemente existimos?