La fe que agrada a Dios

 

"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." Hebreos 11:6

1. La fe es esencial para agradar a Dios No hay otra forma de agradar a Dios si no es por medio de la fe. Las obras por sí solas no bastan; es la confianza en Dios lo que Él valora. Romanos 14:23b – "…todo lo que no proviene de fe, es pecado." Efesios 2:8 "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe…" La verdadera relación con Dios comienza y se sostiene por fe. Sin ella, toda religiosidad es vacía.


2. La fe reconoce la existencia real y viva de Dios Quien se acerca a Dios debe estar convencido de que Él existe, no como idea o tradición, sino como una realidad viva y presente. Salmos 14:1 "Dice el necio en su corazón: No hay Dios…" Jeremías 29:13 "Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón." La fe verdadera nace de un corazón que reconoce a Dios como el Ser Supremo, presente y activo en el mundo y en su vida.


3. La fe busca activamente a Dios No basta con creer que Dios existe; hay que buscarlo con sinceridad, con hambre espiritual y con perseverancia. Mateo 6:33 "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…" Isaías 55:6 "Buscad a Jehová mientras puede ser hallado…" La fe que agrada a Dios no es pasiva. Es una fe que ora, que escudriña las Escrituras, que anhela más de Su presencia.


4. La fe espera el galardón de Dios Dios es galardonador. La fe confía en que Él recompensa la fidelidad, la obediencia y la perseverancia de sus hijos. Gálatas 6:9 "No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos." Apocalipsis 22:12 "He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo…" La fe se sostiene en la esperanza del cumplimiento de las promesas de Dios. Él es justo y no olvida a los que le son fieles.


Conclusión:
La fe que agrada a Dios no es un sentimiento pasajero, sino una convicción profunda que transforma la vida. Es confiar en Su existencia, buscarle con todo el corazón y esperar en sus promesas. Solo así podemos vivir una vida que realmente glorifique a Dios. Hebreos 10:38: “Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma.”

Descansando en el cuidado de Dios

Salmos 55:22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.

Introducción:

En un mundo lleno de afanes, cargas y preocupaciones, Dios nos ofrece una invitación poderosa: confiarle nuestras cargas. El salmista nos recuerda que no estamos solos en medio de la angustia. Este pasaje es un llamado a descansar en la fidelidad del Señor.


1. Dios invita a entregar nuestras cargasEcha sobre Jehová tu carga…”


  • Dios no nos pide cargar solos nuestras luchas.


  • 1 Pedro 5:7 “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”


  • La entrega de la carga es un acto de fe y humildad.


2. Dios promete sostenernos  “…y él te sustentará…”


  • No solo toma nuestra carga, sino que nos da fuerzas en medio del proceso.


  • Isaías 46:4 “Hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré…”


  • El sustento de Dios es constante y personal.


3. Dios no abandona al justo “No dejará para siempre caído al justo.”

  • El justo puede caer, pero no será desechado.


  • Salmos 37:24 “Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano.”


  • Hay esperanza y restauración para el que confía en Dios.


4. La confianza en Dios reemplaza el temor


  • Cuando confiamos nuestras cargas al Señor, el miedo pierde su fuerza.


  • Filipenses 4:6-7  “Por nada estéis afanosos… Y la paz de Dios… guardará vuestros corazones.”


  • La paz es el fruto de una fe que descansa en el poder de Dios.


Conclusión:


Salmos 55:22 no es solo una promesa, es una invitación a vivir confiando plenamente en el Señor. Él recibe nuestras cargas, nos da fuerza, nos levanta y nos llena de paz. No importa cuán pesadas sean las cargas: si las dejamos en Sus manos, Él se encargará. Hoy, decide soltar aquello que te agobia y confiar en que Dios te sostendrá. No estás solo: Él va contigo.


El carácter justo y misericordioso de Dios

Introducción:

Vivimos en un mundo donde la injusticia y el sufrimiento parecen dominar los titulares. A menudo nos preguntamos: ¿Dónde está Dios en medio de tanta maldad? El Salmo 33:5 nos ofrece una poderosa respuesta: Dios no está ausente ni indiferente; Él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena toda la tierra. Este versículo nos revela una verdad central del carácter divino: Dios es justo, recto y lleno de compasión. En medio de la oscuridad, su justicia brilla, y su misericordia sostiene a la creación entera. Este mensaje no solo nos consuela, sino que también nos desafía a vivir conforme a Su ejemplo. A través de este bosquejo, descubriremos cómo estas cualidades divinas nos llaman a confiar en Dios y a reflejar su carácter en nuestra vida diaria.


Él ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de la misericordia de Jehová. Salmos 33:5


1. Dios ama la justicia Salmos 11:7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia; el hombre recto mirará su rostro. Dios no solo es justo, sino que también se deleita en la justicia. Su amor por lo justo refleja su naturaleza santa y pura. Él recompensa a quienes practican la justicia y se oponen al mal. Vivir en integridad y rectitud honra a Dios y nos acerca a su presencia.


2. Dios establece el derecho como fundamento de su trono Salmos 89:14 Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro. Dios gobierna con equidad. El derecho (juicio justo) no es una opción para Él, sino la base de todo su accionar. Su reino no está basado en arbitrariedad, sino en normas justas y firmes. Como hijos de Dios, debemos reflejar ese carácter al actuar con imparcialidad y verdad.


3. La tierra está llena de su misericordia Lamentaciones 3:22-23 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. A pesar del pecado en el mundo, la compasión de Dios se manifiesta cada día. Su misericordia es visible en la provisión, la protección y la paciencia con la humanidad. Cada nuevo día es una oportunidad para agradecer y confiar en la fidelidad de Dios.


4. Dios desea que reflejemos su justicia y misericordia Miqueas 6:8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno; y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. Dios llama a su pueblo a vivir conforme a su carácter. La combinación de justicia y misericordia refleja el equilibrio divino: firmeza con amor, verdad con compasión. Nuestro testimonio debe manifestar tanto rectitud como gracia hacia los demás.


Conclusión


Salmos 33:5 nos revela el equilibrio perfecto del carácter de Dios: ama la justicia, establece el derecho y llena la tierra de su misericordia. Como creyentes, estamos llamados a seguir su ejemplo, viviendo con integridad y mostrando compasión. En un mundo quebrantado, la justicia y la misericordia de Dios siguen vigentes, y nosotros somos llamados a ser instrumentos de ambas.

Seguridad en la presencia y el poder de Dios

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.Isaías 41:10

1. Dios está presente en medio del temor “No temas, porque yo estoy contigo...” El temor pierde su poder cuando reconocemos que Dios está con nosotros. Salmo 23:4 “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.” Mateo 28:20 “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”


2. Dios es nuestra fuente de fortaleza “...no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo...” Nuestra debilidad no es un obstáculo cuando Dios es quien fortalece. 2 Corintios 12:9 “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.” Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”


3. Dios promete ayuda constante“...siempre te ayudaré...” No estamos solos ni sin recursos; Dios promete intervenir en nuestra necesidad. Salmo 46:1“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” Hebreos 13:6 “El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.”


4. Dios nos sostiene con justicia y poder  “...siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Su justicia y poder nos afirman y mantienen en pie cuando todo parece tambalear. Deuteronomio 33:27  “El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos.” Salmo 55:22 “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará.”


Conclusión:


Isaías 41:10 nos revela el corazón protector y fiel de Dios. En medio del miedo, la debilidad, las dificultades y la injusticia, Dios promete estar con nosotros, fortalecernos, ayudarnos y sostenernos. No se trata de lo fuerte que somos, sino de cuán presente, poderoso y justo es nuestro Dios. Por eso, ¡no temas!

La Lucha Espiritual del Creyente

Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Introducción


La vida cristiana es una batalla constante, no contra enemigos humanos, sino contra fuerzas espirituales malignas que buscan apartarnos de Dios. El apóstol Pablo nos recuerda en Efesios 6:12 la verdadera naturaleza de nuestra lucha, invitándonos a estar firmes y equipados con la armadura de Dios.


1. La naturaleza de nuestra lucha (Efesios 6:12)


  • No es carnal: Nuestra batalla no es contra seres humanos, sino contra fuerzas espirituales. 2 Corintios 10:4  “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.”


  • Es una lucha espiritual: Enfrentamos al reino de las tinieblas y sus engaños.


2. Los enemigos invisibles (Efesios 6:12)


  • Principados y potestades: Seres espirituales malignos con jerarquías de maldad. Colosenses 2:15 Cristo despojó a los principados y potestades en la cruz.


  • Gobernadores de las tinieblas: Influencias que dominan el mundo sin Cristo. 1 Juan 5:19 “El mundo entero está bajo el maligno.”


3. Las armas espirituales del creyente (Efesios 6:13-18)


  • La armadura de Dios: Verdad, justicia, fe, salvación, palabra de Dios y oración. Romanos 13:12 “Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.”


  • Oración constante: La comunión con Dios nos fortalece para resistir.


4. La victoria asegurada en Cristo (Efesios 6:10-11)

  • Fortaleza en el Señor: Nuestra fuerza no proviene de nosotros, sino de su poder. 1 Juan 4:4 “Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.”


  • Resistir firmes en la fe: En Cristo ya somos más que vencedores. Romanos 8:37 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”



Conclusión


La lucha espiritual es una realidad para todo creyente, pero no debemos temer. Dios nos ha dado las armas necesarias y la victoria está asegurada en Cristo. Nuestra responsabilidad es mantenernos firmes, vestidos con la armadura de Dios y en constante comunión con Él para resistir las artimañas del enemigo.


La Salvación por Gracia

Efesios 2:8 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”

Introducción

El apóstol Pablo enseña en Efesios 2:8 que la salvación no es alcanzada por méritos humanos, sino que es un regalo inmerecido de Dios. Este pasaje nos revela la grandeza del amor divino y el fundamento de nuestra fe en Cristo. A continuación, veremos cuatro aspectos esenciales sobre la salvación por gracia.


1. La fuente de nuestra salvación: La gracia de Dios Romanos 3:23-24 “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” La gracia es el favor inmerecido de Dios. No se basa en lo que somos o hacemos, sino en el amor y la misericordia de Dios manifestada en Cristo. Reconocer que nuestra salvación no depende de nuestras obras, sino del regalo divino.


2. El medio de la salvación: La fe en Cristo Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” La fe es el canal por el cual recibimos la gracia de Dios. No es un simple creer intelectual, sino una confianza plena en la obra de Cristo en la cruz. Depender totalmente de Jesús como nuestro Salvador, descansando en su sacrificio perfecto.


3. No por obras, sino por el don de Dios Tito 3:5 “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...” Ninguna obra humana puede comprar la salvación. Es un don divino que solo se recibe. Rechazar toda forma de orgullo espiritual y vivir en humildad, reconociendo que todo es por su gracia.


4. El propósito de la salvación: Una vida transformada Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Aunque las obras no nos salvan, somos llamados a vivir una vida que refleje la transformación que la gracia produce. Servir a Dios con gratitud y obediencia, mostrando frutos de una fe viva.


Conclusión


La salvación es un regalo divino recibido por gracia mediante la fe, y no por nuestros méritos. Este don nos transforma para vivir en obediencia y gratitud a Dios. Aceptar esta verdad nos libera del esfuerzo humano por “ganar” la salvación, y nos impulsa a una vida que glorifica a Cristo.


La Fidelidad de Dios para Proveer

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4:19

Introducción:


Vivimos en un mundo donde la necesidad material y espiritual es constante. Sin embargo, la Palabra nos asegura que Dios es nuestro proveedor fiel. Filipenses 4:19 es una promesa poderosa que nos muestra que la provisión de Dios no se basa en nuestras limitaciones, sino en Su abundancia.


1. La fuente de la provisión: Dios mismo,“Jehová es mi pastor; nada me faltará.” Salmos 23:1


  • No depende del hombre, de la economía ni de nuestras capacidades.


  • Dios es dueño de todo: “Mía es la plata y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.” (Hageo 2:8)


Cuando confiamos en Dios, reconocemos que Él es la fuente de todo bien.


2. La medida de la provisión: Sus riquezas en gloria “Del Señor es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.” Salmos 24:1


  • Su provisión es ilimitada, no escasa.


  • Dios no da de lo que le sobra, sino conforme a la abundancia de Su gloria.


Podemos esperar bendiciones completas porque su medida es infinita.


3. El canal de la provisión: Cristo Jesús “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 14:6


  • Todas las bendiciones nos llegan a través de la obra de Cristo.


  • En Él tenemos acceso a toda gracia: “El que no escatimó ni a su propio Hijo… ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?” Romanos 8:32


La provisión no es automática, está ligada a nuestra relación con Cristo.


4. El alcance de la provisión: Todo lo que os faltan “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” 1 Pedro 5:7


  • Incluye lo material, lo espiritual, la paz, la fortaleza.


  • Dios no promete lujos, pero sí suplir todo lo necesario.


No hay necesidad genuina que Dios ignore. Él cuida de cada detalle.


Conclusión:


Filipenses 4:19 nos asegura que Dios es suficiente para cada necesidad. Su provisión proviene de su abundancia y llega a nosotros a través de Cristo Jesús. No hay límite para su fidelidad. Por lo tanto, debemos vivir confiados, sin ansiedad, sabiendo que nuestro Padre celestial sabe de qué tenemos necesidad y cuidará de nosotros Mateo 6:31-33