Introducción:
Dios llamó a Abram a salir de su tierra y confiar en su guía. Su obediencia marcó el inicio del plan de Dios para bendecir a las naciones. Así como Abram, nosotros también somos llamados a confiar en Dios y seguir su dirección.
I. Un Llamado a la Obediencia
Génesis 12:1 Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
Dios no le dio a Abram un mapa detallado, solo una promesa.
La obediencia requiere fe Hebreos 11:8.
Para caminar con Dios, debemos dejar atrás lo que nos impide seguir su voluntad Lucas 9:23.
II. Una Promesa de Bendición
Génesis 12:2-3 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Dios prometió bendecir a Abram y hacer de él una gran nación.
Su bendición no era solo para él, sino para que fuera un canal de bendición Gálatas 3:8.
Cuando obedecemos a Dios, su propósito en nuestras vidas también bendice a otros Mateo 5:16.
Génesis 12:4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo.
Abram no titubeó, sino que actuó en fe.
La fe se demuestra en la acción Santiago 2:17.
Aunque no entendamos todo, confiar en Dios nos lleva a su propósito Proverbios 3:5-6.
Conclusión:
La historia de Abram nos enseña que Dios nos llama a confiar en Él, a salir de nuestra comodidad y caminar en fe. Cuando obedecemos, su bendición no solo nos alcanza, sino que fluye a través de nosotros para impactar a otros. ¿Estamos dispuestos a obedecer el llamado de Dios, aun sin verlo todo claro?