I. No os conforméis a este siglo
1. No adaptarse al sistema del mundo
1 Juan 2:15-16: "No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo."
Efesios 4:17: "Ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente."
2. Evitar moldearnos por los valores de este siglo
Colosenses 2:8: "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y vanas sutilezas."
B. El peligro de conformarse al mundo
Alejamiento de Dios (Santiago 4:4).
Pérdida de la sensibilidad espiritual (Efesios 4:19).
II. Transformaos por la renovación de vuestro entendimiento
A. La transformación comienza en el corazón
1. Obra del Espíritu Santo
2 Corintios 3:18: "Somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor."
Ezequiel 36:26-27: Dios promete darnos un corazón nuevo y poner Su Espíritu en nosotros.
2. Por la Palabra de Dios
Salmos 119:9, 11: La Palabra guarda y renueva nuestra mente.
Juan 17:17: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad."
B. La renovación del entendimiento
1. Una mente renovada piensa en lo espiritual
Filipenses 4:8: Pensar en todo lo verdadero, honesto, justo, puro, amable, de buen nombre.
Colosenses 3:2: "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra."
2. La renovación lleva a la obediencia
2 Corintios 10:5: Llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo.
III. Comprobad la buena voluntad de Dios
A. La voluntad de Dios es buena
1. Para nuestro bien y Su gloria
Jeremías 29:11: "Planes de bien y no de mal, para daros un futuro y una esperanza."
Romanos 8:28: "A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien."
B. La voluntad de Dios es agradable
1. Produce gozo y paz
Salmos 40:8: "El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado."
Isaías 26:3: "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera."
C. La voluntad de Dios es perfecta
1. No falla y es completa
Proverbios 3:5-6: "Fíate de Jehová de todo tu corazón y Él enderezará tus veredas."
Efesios 2:10: "Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras."
Conclusión:
1. No debemos adaptarnos al mundo, sino permitir que Dios nos transforme.
2. La transformación comienza con una mente renovada por el Espíritu Santo y la Palabra de Dios.
3. Al vivir en obediencia, podemos experimentar la voluntad de Dios, que es buena, agradable y perfecta.
Llamado: ¿Estamos dispuestos a rendirnos a Dios para ser transformados? Rendimos nuestra mente y corazón para vivir Su voluntad cada día.