Gálatas 1:10 “¿Acaso busco ahora la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Si yo estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.”
1. Definición del propósito del siervo de Dios Pablo aclara que su compromiso es con Cristo y no con la aceptación de los hombres. Ser siervo de Dios requiere lealtad a su voluntad y verdad, sin compromisos por agradar a otros. Mateo 6:24: "Nadie puede servir a dos señores... no se puede servir a Dios y a las riquezas." Este versículo refleja el conflicto de lealtad que enfrentamos al elegir a quién agradar. Hechos 5:29: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres." Aquí, los apóstoles muestran la importancia de priorizar a Dios sobre la aprobación humana.
2. El peligro de agradar a los hombres
Proverbios 29:25 "El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado." Buscar la aprobación de los hombres puede llevarnos a comprometer nuestra fe y valores. Nos arriesgamos a ser atrapados en una vida superficial y alejada de la voluntad de Dios.
Juan 12:42-43: "Muchos... creyeron en Él; pero... no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga; porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios." Esto muestra cómo el temor a perder aprobación puede alejarnos de una vida pública de fe. Santiago 4:4: “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?” Santiago nos recuerda el conflicto entre el deseo de ser aceptado por el mundo y el compromiso con Dios.
3. La libertad que viene de agradar solo a Dios
Colosenses 3:23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” Cuando nuestra motivación es agradar a Dios, encontramos verdadera libertad y paz. Ya no dependemos de la opinión de otros, sino de la aprobación de Dios, que conoce nuestras intenciones y obra en nuestro corazón.
1 Tesalonicenses 2:4: “...así hablamos, no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.” Pablo enfatiza que nuestra fidelidad debe estar en agradar a Dios, quien nos conoce profundamente. Mateo 6:1-4: Jesús enseña que nuestras obras deben ser para Dios, no para ser vistos por los hombres, reflejando así una pureza de intención.
4. Ejemplos bíblicos de quienes eligieron agradar a Dios
Daniel 3:16-18 Los tres jóvenes hebreos que prefirieron enfrentar el horno de fuego antes que rendirse ante la presión de los hombres. Estos ejemplos ilustran la fidelidad de aquellos que eligieron agradar a Dios sobre los hombres, sin importar las consecuencias.
Hebreos 11:24-26: "Por la fe Moisés... prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a gozar de los deleites temporales del pecado." Moisés eligió agradar a Dios antes que disfrutar de los placeres temporales. Hechos 4:18-20: Pedro y Juan se negaron a dejar de predicar sobre Jesús, mostrando que su compromiso con Dios era más fuerte que la amenaza humana.
5. La recompensa de agradar a Dios
1 Samuel 2:30 “Porque yo honraré a los que me honran.”Dios recompensa a quienes buscan agradarlo y honrarlo por encima de todo. Esto incluye la paz, la aprobación divina y la satisfacción de vivir en Su voluntad.
Mateo 25:21: “Bien, buen siervo y fiel... entra en el gozo de tu señor.” Jesús describe la recompensa final de los siervos fieles que buscan honrar a Dios. Romanos 2:29: “…la alabanza del tal no viene de los hombres, sino de Dios.” La verdadera aprobación viene de Dios y tiene un valor eterno.
Conclusión:
Vivir para agradar a Dios en lugar de a los hombres nos permite experimentar una relación más profunda con Él, vivir con propósito y mantener la integridad de nuestra fe. Este compromiso requiere valor y convicción, pero lleva a la paz y a la recompensa divina.