Enfoquemos nuestra mente en lo que agrada a Dios

Filipenses 4:8

I. Todo lo que es Verdadero La verdad debe ser la base de nuestros pensamientos y acciones. Jesús mismo es la verdad. Juan 14:6 Juan 17:17 Vivir en la verdad significa buscar sinceridad y autenticidad en nuestro trato con Dios y con los demás. 

II. Todo lo Honesto La honestidad implica integridad y respeto, tanto en palabras como en hechos. Proverbios 12:22 2 Corintios 8:21 Ser honestos en nuestras relaciones demuestra nuestra reverencia a Dios y nuestra responsabilidad ante los demás. 

III. Todo lo Justo La justicia es la disposición a actuar conforme a lo que es recto delante de Dios. Miqueas 6:8 Mateo 5:6 Aplicación: Debemos esforzarnos por hacer lo que es correcto, buscando la justicia tanto en nuestra vida personal como en nuestras relaciones.

IV. Todo lo Puro La pureza abarca tanto nuestros pensamientos como nuestras intenciones. Dios desea un corazón puro. Mateo 5:8 1 Timoteo 1:5 Mantener pensamientos puros es esencial para vivir una vida que refleje la santidad de Dios.

V. Todo lo Amable es aquello que produce paz y fomenta la bondad. Efesios 4:32 1 Corintios 13:4-5 Ser amables y buscar la paz en nuestras relaciones refleja el carácter de Dios.

VI. Todo lo que es de Buen Nombre Pensar en lo que tiene buen nombre implica enfocarnos en la reputación que honra a Dios. Proverbios 22:1 Colosenses 4:5-6 Que nuestras palabras y acciones mantengan un testimonio que honre el nombre de Dios.

VII. Si Hay Virtud Alguna La virtud nos llama a una vida de excelencia espiritual, buscando la rectitud y el bien. 2 Pedro 1:5 Debemos esforzarnos por añadir virtud a nuestra fe, viviendo con propósito y dedicación.

VIII. Si Algo Digno de Alabanza. Lo digno de alabanza es aquello que glorifica a Dios y edifica a los demás. Salmos 145:3 1 Tesalonicenses5:16-18 Enfocar nuestro pensamiento en aquello que da gloria a Dios nos llena de gratitud y alegría en Él.

 

Conclusión Llamado a la Acción: Filipenses 4:8 nos da un filtro por el cual debemos pasar nuestros pensamientos. Al enfocar nuestra mente en lo verdadero, honesto, justo, puro, amable, de buen nombre, virtuoso y digno de alabanza, no solo vivimos en paz, sino que reflejamos el carácter de Cristo.