La Palabra de Dios permanece para siempre

Isaías 40:8 “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.”

Introducción


La vida es pasajera, frágil y cambiante. Todo lo terrenal se marchita con el tiempo, pero la Palabra de Dios es eterna, firme y poderosa. En un mundo lleno de incertidumbre, podemos confiar en que las promesas de Dios nunca fallan.


I. La fragilidad de lo humano Isaías 40:6-7: “Toda carne es hierba…”


  • La vida humana, las riquezas y los logros son temporales.


  • como la hierba y la flor, que son hermosas, pero no duran.


II. La eternidad de la Palabra de Dios Mateo 24:35: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”


  • La Palabra de Dios no cambia con el tiempo, permanece firme en cada generación.


  • Todo lo que Dios ha dicho se cumplirá.


III. La Palabra como fundamento de fe Salmos 119:89: “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos.”


  • El creyente encuentra seguridad en lo eterno y no en lo pasajero.


  • La Biblia no es solo un libro, es la voz viva de Dios para nuestra vida.


IV. La Palabra como guía en medio de la incertidumbre 2 Timoteo 3:16-17: “Toda la Escritura es inspirada por Dios…”

  • Nos corrige, enseña, redarguye y equipa para toda buena obra.


  • En tiempos de confusión, la Palabra es lámpara y luz (Salmos 119:105).


Conclusión


El hombre y todo lo terrenal pasan, pero la Palabra de Dios permanece para siempre. En ella encontramos firmeza, dirección y esperanza. Si vivimos aferrados a las Escrituras, estaremos edificados sobre un fundamento eterno que nunca se derrumba.


Vivamos no confiando en lo pasajero, sino abrazando la Palabra eterna que nos da seguridad en este mundo cambiante.