1. La promesa del poder del Espíritu Santo Juan 14:16-17 Jesús prometió al Consolador que estaría con nosotros y en nosotros. El poder no proviene del hombre, sino del Espíritu Santo. Sin el Espíritu, la iglesia no puede cumplir su misión.
2. El propósito de recibir poder: ser testigos de Cristo Marcos 16:15 “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” El poder no es para exaltación personal, sino para testificar de Jesús. Testigos que anuncian no una religión, sino la vida, muerte y resurrección de Cristo.
3. El inicio del testimonio: Jerusalén (lo cercano) Lucas 24:47 “Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.” El testimonio empieza en nuestro entorno más inmediato: familia, amigos, comunidad. La misión inicia en lo cercano para extenderse progresivamente.
Conclusión