1. El corazón dispuesto a oír la Palabra
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Romanos 10:17
El primer paso para dar fruto es tener un corazón sensible, que escucha con atención espiritual.
No se trata solo de oír con los oídos, sino de abrir el corazón a la voz de Dios.
2. Entender la Palabra con sinceridad y fe
“Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia... entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.” Proverbios 2:2-5
El entendimiento espiritual no es solo intelectual, sino fruto de buscar a Dios con humildad.
La buena tierra representa al creyente que medita y atesora la Palabra con fe.
3. Perseverar a pesar de las pruebas y distracciones
“Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”Lucas 8:15
Muchos oyen, pero pocos perseveran.
La buena tierra no solo recibe la semilla, sino que resiste el calor, la sequía y las espinas.
“El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”Juan 15:5
El fruto espiritual es evidencia de una relación viva con Cristo.
El crecimiento varía (30, 60, 100), pero siempre se produce cuando la semilla cae en buen terreno.
Conclusión:
El terreno de nuestro corazón determina el resultado de la Palabra en nuestras vidas. El Señor busca creyentes que escuchen con atención, entiendan con fe, perseveren con firmeza y den fruto con abundancia. Hoy es tiempo de preparar el corazón, cuidar la semilla y confiar en que Dios dará el crecimiento.